VOCO Dental Aid

Benín (África occidental): ayuda para numerosas personas

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A causa de la pandemia, la confirmación de que podíamos realizar las prácticas clínicas organizadas por la asociación «Dental Volunteers e.V.» no llegó hasta tres meses antes de la partida. Pero aun así, tuvimos tiempo suficiente para recaudar muchas donaciones de nuestros generosos patrocinadores. Entretanto, comenzó un pequeño maratón de vacunaciones para cada uno de nosotros: fiebre amarilla, rabia, tifus, cólera, etc.

 

Poco antes del vuelo tuvimos que solicitar el visado, tras lo cual pudo comenzar el viaje. En el aéropuerto es recomendable cambiar algo de dinero (CFA) y conseguir una tarjeta SIM. Con ella teníamos acceso a internet en casi todo el país.

Directamente en el aéropuerto nos recogió un conductor de la organización Aldeas Infantiles SOS y nos llevó a nuestro primer alojamiento, en Abomey-Calavi. Como éramos un grupo muy numeroso (ocho en total), no dormimos en la aldea infantil, sino en un «centro de formación» con espacio suficiente. Todos los alojamientos de las aldeas SOS son muy buenos, y están provistos de un equipamiento por encima de la media del país.

 

 

Igualmente buena y variada era la comida. Además, teníamos en todo momento un conductor y un intérprete a nuestra disposición, por lo que pudimos hacer excursiones a lugares remotos y a la playa en los días libres sin ningún problema.

 

En Abomey-Calavi teníamos mucho espacio para trabajar, suministro eléctrico y agua corriente. Incluso podíamos utilizar los autoclaves de las enfermeras. Además de numerosos niños, también teníamos pacientes adultos, empleados o familiares.

 

La siguiente misión la realizamos en una comunidad en la pequeña escuela de una aldea ubicada a unos 30 minutos de distancia. Allí necesitaban ayuda odontológica con urgencia, ya que las personas no tenían acceso a la misma ni posibilidades financieras. En solo dos días tratamos a 174 personas. A pesar de que era la época de vacaciones escolares, éramos la gran atracción: muchos niños y adultos nos observaban con atención.

 

También pasamos cuatro días en Natitingou, ubicada en el norte del país.

Allí ofrecimos tratamiento exclusivamente en la aldea SOS, en la que también disponíamos de un gran espacio con suministro eléctrico y agua. Para la esterilización trabajamos con una olla a presión. En una paciente de corta edad encontramos un diagnóstico especialmente impactante: tres tramos de fístula que salían de distintos dientes de leche en el maxilar superior.

 

La mayor aventura la vivimos en Dogue, una aldea muy aislada con unas condiciones básicas (no había agua corriente ni suministro eléctrico). Para llegar a ella tuvimos que cruzar un río con un Opel Corsa que, además de nuestro equipaje, transportaba 300 kilogramos de carbón y una planta solar. Este trayecto fue rematado con una noche sobre la estera de bambú.

 Justo al llegar nos esperaba un paciente con una mejilla muy inflamada. Ya había intentado tratar su dolor intenso con barro. Tras una incisión y un tratamiento con antibióticos pudimos percibir una notable mejoría en el paciente a la mañana siguiente.

 

En el camino de vuelta hacia el sur hicimos nuestra última parada en Dassa-Zoume.

El director de la aldea SOS era sumamente amable y muy simpático. Nos llamó la atención que muchos niños presentaban defectos en el esmalte. Sospechamos que esto estaba relacionado con el agua potable.

 

A continuación volvimos a Abomey-Calavi para tratar a nuestros últimos pacientes. En conjunto, durante nuestro viaje pudimos ayudar a muchas personas realizando extracciones y obturaciones. Pero sobre todo pudimos fomentar una sostenibilidad especial proporcionando información exhaustiva sobre la higiene bucal y practicando el cepillado.

 

Gracias a nuestros patrocinadores pudimos distribuir más de 1500 cepillos y pastas de dientes, especialmente a los niños de las escuelas. Nuestra visita turística destacada fue Ganvier (la Venecia de Benín), un pueblo construido completamente sobre el agua.

 

Nos pareció increíble la hospitalidad en Benín y las consiguientes invitaciones para cenar en un ambiente privado.

 

Agradecemos a todos los que han impulsado este proyecto inolvidable y lo han apoyado con donaciones de dinero o bienes.

 

 

¡Muchísimas gracias!

Anna Dahinten, Alice Forstner, Sven Kible, Simon Peppel y Sarah Täger