VOCO Dental Aid

Intervención en el «Valle de los Incas»

Odontólogos voluntarios en Perú

Florian Schilling (de blanco) durante su voluntariado en Perú. Florian Schilling (de blanco) durante su voluntariado en Perú. Impresiones de Perú. Impresiones de Perú. Impresiones de Perú. Impresiones de Perú.

Un testimonio de Florian Schilling (Universidad de Erlangen)

Organización: Zahnärzte helfen e.V.

 

«Habiendo terminado el examen estatal y antes de dar el salto a la vida laboral, estaba decidido a alejarme de la teoría y los estándares odontológicos de los hospitales universitarios alemanes y ampliar mis horizontes. Perú me pareció el destino ideal: por una parte, por la cultura y el estilo de vida y, por otra parte, por los relatos que contaban algunos compañeros, que ya se habían atrevido a emprender esta aventura durante los estudios, acerca de este proyecto y la asociación promotora. Me decidí por un proyecto en Urubamba, en el Valle Sagrado de los Incas. La asociación “Zahnärzte helfen e.V.” dirige un proyecto odontológico en Urubamba y trabaja allí en colaboración con la asociación “Corazones para Perú”. Proporcionan atención médica a niños y también a adultos necesitados en pueblos de montaña apartados.

 

Gracias a las donaciones que solicité a diversas empresas del sector dental, unas semanas antes de la partida recibí los más variados materiales e instrumentos odontológicos que podía utilizar para la intervención en Perú.

 

Después de aterrizar en Cuzco (ciudad de los Andes peruanos que antaño fuera la capital del imperio Inca), me desplacé a Urubamba, ciudad situada a aprox. una hora y media de allí y que sería mi hogar durante las tres semanas siguientes. Viví con otros tres odontólogos en un alojamiento compartido. El alojamiento se encontraba en la planta superior de la casa de una profesora peruana que se encargaba de todo. Asimismo, una odontóloga peruana contratada por la asociación, se encargaba de organizar gran parte de las iniciativas fuera del programa previsto y ayudaba con entusiasmo cuando surgían problemas de comunicación. Además, estaba acompañado sobre todo de jóvenes alemanes que realizaban su voluntariado, que también hablaban muy bien español.

 

De lunes a viernes por la mañana tratábamos a niños de entre 6 y 12 años de edad del “Colegio Ccotohuincho”, una escuela de Urubamba. Allí pudimos llevar a cabo tratamientos profilácticos, obturaciones y extracciones con ayuda de una antigua unidad militar y útiles donados de Alemania. Para el tratamiento, los niños tenían que aportar una “autorización” firmada por sus padres. Se redactaron sistemáticamente diagnósticos de todos los cursos escolares y se trataron primero los casos de mayor urgencia.

 

Dos tardes a la semana nos desplazábamos a una aldea infantil de la asociación “Corazones para Perú” en Munaychay. Allí pusimos el foco principalmente en la profilaxis: enseñamos a los niños cómo efectuar una buena higiene bucal con los medios disponibles. Otro proyecto de la asociación se desarrolla en Chicon, donde existe una pequeña instalación sanitaria que, a pesar de haber sido cerrada casi por completo, aún dispone de un sillón dental.

 

Los martes y los jueves nos recogían por la mañana para llevarnos a Huilloc, un pueblo de montaña situado a unos 3500 metros de altura, el lugar de tratamiento “más elevado” de los alrededores de Urubamba. Allí pudimos realizar tratamientos de canales radiculares gracias a un aparato de rayos X.

 

En ocasiones, la asociación también lleva a cabo iniciativas fuera del programa previsto. Tras un trayecto de dos horas a una pequeña población en cuya plaza central los militares peruanos habían montado carpas de abastecimiento, pudimos instalarnos en una de estas carpas y convertirla en “Odontología”. Como teníamos un gran número de pacientes que tratar y un sillón de tratamiento no era suficiente, tuvimos que realizar la extracción de dientes o la profilaxis en simples sillas de plástico.

Sin embargo, el problema que se nos planteaba era que la red eléctrica funcionaba solo durante un tiempo limitado y a menudo no disponíamos de los instrumentos adecuados o estos todavía no estaban preparados. El espectro de tratamientos se reducía sobre todo a profilaxis, tratamientos de obturación y extracciones.

 

La mayoría de los niños presentaba un estado desastroso de la dentadura de leche o de los primeros dientes permanentes, en parte ya con formación de fístulas. El motivo es, por un lado, la disponibilidad constante de azúcar en forma de dulces y bebidas y, por otro lado, que los padres de los niños no pueden o no quieren enseñarles a cepillarse los dientes. En comparación con Europa, se daban casos de caries en la infancia temprana con una frecuencia desmesurada y de forma más pronunciada. Lo contrario ocurre en el caso de los habitantes de mayor edad, sobre todo en pueblos de montaña apartados. Quizás debido a que entraron en contacto con las comidas y bebidas azucaradas bastante tarde.

 

Los fines de semana teníamos tiempo para hacer numerosas excursiones por los alrededores. Entre otros, visitamos Puno en el lago Titicaca, las islas de los uros, la ciudad costera boliviana de Copacabana, la Montaña Arcoiris, las salineras de Maras, las ruinas de Ollantaytambo, el casco antiguo de Cuzco, iglesias, templos, plazas y museos, Arequipa y, por supuesto, Machu Picchu.

 

El cariño y la gratitud con las que fui recibido en todos lados en Perú refleja la mentalidad de sus habitantes. Fue un honor para mí familiarizarme con su cultura y sus costumbres; y es que en los pueblos de los Andes, por los que nunca se acerca ningún turista, es donde se conoce Perú de verdad.

 

Doy las gracias a VOCO GmbH por su generoso respaldo.»